domingo, marzo 26, 2006

36 - ENFERMEDADES Y HEMATOMAS

¿Está dispuesto a operar? No es que usted sea doctor, o vaya por ahí con una bata blanca y un fondoscopio colgado al cuello, es que ha entrado en una consulta veterinaria. Operar a su querido amigo mudo, autista para los humanos, es el negocio del veterinario. Si se relaciona con gente que tiene perro, se encontrará escuchando un sin fin de historias y anécdotas sobre perros desahuciados milagrosamente resucitados tras mandar a la mierda al veterinario, o de perros sanos como una rosa, operados de supuestas enfermedades mortales, taras congénitas y plagas casi bíblicas. No es que no existan buenos veterinarios, es que cada día hay más y tienen que comer, pagar sus impuestos y vivir con dignidad. A menos que se encuentre ante una urgencia de tipo traumático, algo así como: me han atropellado al perro, mi perro vomita sangre, o no le inca el diente ni a un filete de ternera, lo mejor es que consulte con varios veterinarios, sobre todo si al minuto de estar en la consulta, sin la compañía de su querida mascota, usted sólo iba a preguntar, ya le han comentado: ¿estarías dispuesto a operar? No juzgue duramente al veterinario que le pregunta esto. Quizás ve demasiados perros a diario y olvida que su querida mascota no es como su coche, ese al que se está abonado su mecánico. Sea honesto consigo mismo y piense en su trabajo, en las rutinas que incluye en los programas de ordenador para que con el tiempo el disco duro de sus clientes se colapse y tengan que comprar un disco nuevo, o llamarle para arreglar ese inexplicable desaguisado; en el saldo que tuvo que vender a esa pareja de pobres desgraciados justo el otro día jurándoles que se llevaban una auténtica ganga; en el concurso amañado que ese amigo le ofrece sin haber enviado una sola carta al diario promotor del sorteo; en el coche o la moto de segunda mano que se quitó de encima asegurando que funcionaba “perfectamente” y que, por lo general, nunca le había dado un problema “serio”. En definitiva, sea honesto, y descubrirá que donde las dan las toman. No le estoy diciendo que vaya por ahí con cara de perro, sobre todo si su perro tiene una cara simpática y alegre, entonces le pisotearan y se encontrara burlado a cada instante; pero debe tomar sus precauciones. Su perro puede ser sumamente importante para usted, pero para el resto de la gente es un animal, una mercancía, un bicho, un nido de pulgas; puede que una pesadilla digna de ser envenenada. No actúe a la ligera y recele de los pistoleros del bisturí. Es preferible gastarse el dinero en unos buenos análisis de sangre y unas radiografías decentes que en una operación innecesaria.

Lo primero que debe tener bien presente es que por muy sano que esté su perro, deberá pasarlo por una consulta veterinaria.